( En Joan Bonet el gran artesà de les pipes)
M'ha fet gràcia llegir, a la web d'en "Bonet de ses Pipes",dins la del Barcelona Pipa Club (
www.bpipaclub.com/jbonet.htm ) la versió castellana d'un article que vaig publicar sobre la pipa del meu conco en Pep. Així sona :
El tío "Pep" y su pipa
Conté aquí aquello de un fumador que consiguió, con el humo de su pipa, liberar un automóvil de la invasión de un enjambre de abejas, Quien me informó del suceso lo había recogido de un amigo de ambos, el profesor de la Universidad Balear, Climent Picornell, que poco después lo relató, con la maestría que lo caracteriza, en el "Diari de Balears" único periódico de las islas publicado íntegramente en catalán. Recientemente, el 21 de noviembre, Climent contó en el mismo diario otra anécdota pipera titulándola: "La pipa del meu conco Pep" añadiéndole el subtítulo ("Per en Bonet de ses Pipes") Agradezco el detalle y aprovecho para hacérosla llegar en castellano, no traduciendo el escrito que seria un atrevimiento por mi parte, sino contándoos a mi aire lo que el ha sabido contar en el suyo con el estilo que maneja y yo tanto admiro.
Relataba el historiador, que en su pueblo (Sant Joan) al fallecer el esposo de Catalina "Catinera" esta dejó de usar el dormitorio del piso superior de su casa y pasó a dormir en uno de la parte delantera de la planta baja, porque así se sentía más segura al poder vigilar la puerta de la calle. La primera noche que se acostó allí, como suele ocurrir en estos casos, y más en su nueva situación, no podía conciliar en sueño, se removía intranquila en el lecho cuando, de pronto, se quedó quieta, tensa, asustada, acababa de oír unos golpeas extraños primero en la pared y luego en la persiana de la ventana, apenas respiraba cuando escucho como se alejaban unos pasos que a ella le parecieron fantasmagóricos. A la mañana siguiente no estaba segura de lo ocurrido e incluso llegó a pensar si aquello habría sido una pesadilla, pero por la noche, más o menos a la misma hora, volvieron a producirse los golpes y pisadas del día anterior, con el correspondiente espanto de la viuda. Como quiera que la noche siguiente volvió a repetirse lo mismo, "Catinera" comento su preocupación a la familia y esta denunció lo que pasaba a la autoridad, que, naturalmente, decidió tomar las medidas pertinentes. Así fue como la cuarta noche, a la hora acostumbrada, cuando el fantasma, sinvergüenza, o quien fuera se acercó sigilosamente a la ventana con su aviesa intención, esta se abrió repentinamente apareciendo en la misma el alguacil del pueblo, un sobrino de la viuda, cazador experimentado con una escopeta cargada y la buena mujer asomando por detrás de sus protectores con cara de espanto, que se transformo en asombro al comprobar que el "espectro" no era otro que "Mestre Pep" el tío de Picornell, con su pipa en la mano levantada en acción de golpear con ella la pared pera vaciarla de sus cenizas. El autor del artículo lo iniciaba comentando la gran variedad de vegetales que llegaron a fumar su tío y demás fumadores mallorquines en los tiempos difíciles de la posguerra así como algunas de las costumbres de pipador empedernido que manejaba su tío entre ellas la de la última fumada de la jornada que acababa, un día sí y otro también, al salir de la taberna camino de su casa, agotando el contenido de su pipa, lo que solía ocurrir siempre cerca del domicilio de las "Caterines", vaciando luego las últimas cenizas golpeando en la pared e incluso algunas veces en las persianas que se ponían a tiro, haciendo esto hasta que fue sorprendido por el trío que hemos citado antes. Desde aquella noche "Mestre Pep" al regresar a casa únicamente vaciaba su pipa golpeando en los guardacantones.